Restaurante en la plaza de este precioso y pequeño pueblo, que vive de cara al Miño. El pueblo vale la visita con niños aunque solo sea por ir al parque do Castelinho. El restaurante es una estupenda opción para comer, centrado en la cocina portuguesa; cabrito, bacallao, vitela y lamprea en temporada. La opción de los arroces es una buena elección, teniendo en cuenta la generosidad de las raciones, una cacerola para dos es suficiente para tres o cuatro personas, más aun teniendo en cuenta las entradiñas clasicas de queso fresco, aceitonas, pate de sardinha e empanadinhas.
Vino de casa ligero y con un toque de aguja o cerveza sagres son estupendos para regar la comida.
De precio es dificil pasar de 30€ por persona!!
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