lunes, 29 de febrero de 2016

Restaurante Baobab, cocina exótica en Playa de San Juan

En la avenida de Historiador Vicente Ramos. 
Comida exótica, y realmente te sorprenderán los sabores de los platos, de diferentes regiones de Africa. La dueña es de Costa de Marfil, y se observa perfectamente las raices en los platos: salsas de cacahuete bien elaboradas, el uso del jengibre, la leche de coco, las especias... nos transportan a otros lugares.
El fin de semana cous-cous, también para llevar, y es un plato que bien merece  una (o varias) visitas. El local es acogedor, el camarero amable, y, aunque está un poco sobrepasado el fin de semana, va sacando los platos a un ritmo aceptable. 
Tienen certificado de carne Halal, lo cual me sorprendió, así que nadie espere un plato de jamón.
Los postres muy buenos, con las tartas elaboradas al momento. A mejorar la carta de vinos y cervezas, y también el servicio del vino.
Correcta relación calidad-precio.




viernes, 5 de febrero de 2016

Habitual, mercado de Colon. Valencia

Restaurante bajo la firma de Ricard Camarena, ubicado en la planta sótano del Mercado de Colon. Decoración sencilla, planchas de contrachapado en paredes y mesas, espacio suficiente entre mesas. Ofrece una carta amplia, con productos nacionales y algunos detalles interesantes. Pedimos dos menus de 30€, que ofrece tres primeros para compartir, un plato a escoger de entre 3 opciones, y dos postres.
De aperitivo unas aceitunas, esperaba algo más elaborado. Los primeros fueron el canelón de calabacín relleno de bogavante con mayonesa de pico de gallo, plato correcto, pero que no me ha dejado recuerdo; la berenjena asada con salsa holandesa, interesante combinación, bien de cocción la berenjena y buena textura la holandesa; y unas alcachofas con papada de ibérico, que me pareció el mejor plato del menú. Estupendas de cocción, sabores compensados.
De segundo tomamos la pluma iberica sobre puré y berza, y la merluza. Platos bien elaborados, buena cocción del producto, equilibrado de sabores. 
Todos los platos un poco cortos de sal, pero disponíamos de molinillos de sal y pimienta en la mesa.
De postre crema de boniato asado, plato nada especial, y el brioche con crema de dulce de leche. Los sabores muy ténues, para mi gusto le falta potencia en la mayor parte de los platos.
Los niños tomaron el fiambre de cochinillo prensado, plato que me gustó, y los raviolis de rabo de toro, este sí con un sabor intenso. De postres la tarta de queso, demasiado mazacote, hasta se hacía difícil de comer, y una  de texturas de chocolate, plato bien resuelto. Pagamos 120€, con 3 cervezas, 3 botellas de agua y un vino dulce.