Disponen de una carta amplia y variada, fusionando la cocina italiana con toques asiáticos, dando un resultado peculiar que en algunos platos se torna sorprendente. Presentan también un menú diario entre semana por 15€, y un menú de fin de semana por 26€,que incluye vino y postre. Nos decantamos por este último, servido a mesa completa.
Trajeron un aperitivo de chips de yuca, y de primero una ensalada con guacamole, queso fresco y tomates confitados. El segundo entrante fue la vitela con queso y salsa de albahaca, cuyo resultado era espectacular -deliciosa la salsa de albahaca-. Después trajeron unas croquetas cremosas de jamón, y los gnochi de patata con salsa de queso y frutos secos, y las brochetas de pollo estilo teriyaki.
Lo regamos todo con Chardonay de Enrique Mendoza, muy bueno (la botella sale a 13€)
De postre un bizcocho de calabaza con salsa de chocolate, y una tarta recién hecha de manzana sobre masa muy fina, servida con un coulís de frutos rojos.
Finalmente tomamos una copita de moscato, ya en la terraza, y disfrutando de los rayos de sol mientras los enanos saltaban en el castillo hinchable.
En fin, una gran elección.
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