Cocina fusión, con toques tai y vietnamitas, mezclados con productos autóctonos, dan una carta sencilla pero que permite compartir y probar sabores diferentes a los habituales por estos lares.
Buenos nem, completa ensalada, bolitas de pulpo con salsa especiada son parte de los entrantes para compartir.
Y después diferentes tipos de Bao, el pan bien elaborado, el relleno correcto, aumque en algún caso demasiado españolizado.
Cervezas asiáticas y pocos postres, aunque el chocolatastico está realmente bueno.
En cuanto al servicio, lento para un local pequeño. Aún teniendo
5 personas en el servicio, las cargas de trabajo mal distribuidas hacen que alguno esté cruzado de brazos y la camarera sobrepasada. Eso sí, una vez empiezan a servir la comanda la cosa va rápido, pero la espera anterior se hace pesada.