domingo, 20 de enero de 2008

Maria Castaña

Ya es todo un clásico en Santiago, aunque no llegue a los años de funcionamiento de la mayor parte de los locales de la Raíña. Lo encontramos en la Rúa Raíña 19, paralela a la rúa do Franco. Tiene una barra y tres mesas a la entrada, y un comedor con 6 o 7 mesas más. Está organizado como bar de tapas, con mesas bajas y taburetes -no sea que los comensales permanezcan demasiado tiempo en el local- De las tapas y raciones con las que empezaron a mediados de los 90 (qué tiempos aquellos) a las raciones de ahora, se han ido produciendo grandes cambios. Ya no hacen la mítica tortilla María castaña, pero aún conservan las tablas de quesos variados, la zorza y otras raciones de rigor. Presentan también dos o tres postres que bien valen la pena, entre ellos los que están hechos a base de castañas, y en general la relación calidad precio está bien. El único problema suele ser encontrar mesa.
Pues bien, mi última visita -después de dos o tres intentonas fallidas los últimos meses- fue el jueves 17. Al no encontrar en la carta la tortilla de nuestros viejos tiempos sentí una gran decepción, pero algo había que hacer. Nos decantamos por los berberechos -de calidad y recién hechos-, las luras guisadas maría castaña, que aparecen en la foto. Es un plato de chipirones normalito, sin grandes alardes. La salsa de cebolla y pimientos, con sus toques de pimentón no está lo ligada que a mi me gustaría, aunque los chipirones están blandos y de sabor correcto. Pero puestos a comparar con otros locales... (hay uno al pasar Bueu que sólo hace luras guisadas, tortilla y ensaladas que merece la visita, algún día hablaremos de él)
También tomamos la carne de avestruz con salsa de piquillos. De los trozos de carne que nos pusieron uno estaba en su punto, y los otros excesivamente pasados. Se supone que una carne roja debe estar como mucho al punto, o por lo menos preguntar al cliente cómo se quiere. La salsa de piquillos bien de sabor, pero la textura resultaría más agradable si la hubiesen dejado más fina.
Y con esto para dos no llegamos a los postres. Así que por un total de 30€ con dos cervezas y dos aguas, y un pan por cierto muy rico, nos fuimos con la música a otra parte, que el viernes había que trabajar.

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