sábado, 5 de septiembre de 2009

Restaurante Pazo Lagar



El restaurante Pazo Lagar se encuentra en Vilaxoán, en la zona alta del pueblo, al lado de la carretera que une Vilagarcía copn Cambados. Ocupa una preciosa casa señorial -Pazo de Sobrán-, con unos jardines bien cuidados y una decoración en sala en general acorde con la construcción (las neveras de los vinos desentonan en ese ambiente, pegados al antiguo lagar.
En carta una variedad asombrosa de platos, por lo que no se puede entrever las especialidades de la casa, además de resultar sospechoso que se pueda manejar con esa cantidad de platos (ver carta)
En esta primera visita nos decantamos por los pimientos del piquillo rellenos de marisco, que para mi gusto resultaron de lo más insulso. El sabor de los mariscos venía enmascarado por un exceso de bechamel. Otro primero fue el revuelto de erizos con tetilla, que estaba bien en elaboración y cantidad. Sin duda el mejor plato de la cena.
En cuanto a los segundos yo me decanté por la merluza rellena de vieiras, que realmente era rellena de vieira. El trozo que me pusieron era una ración no excesivamente abundante, y con gran exceso de acompañamientos: patata cocida, grelos, salsa de almendras y un montoncito de brotes de soja y zanahoria rallada de lata con un alkekenje (physalis) por encima. Incomprensibles acompañamientos que enmascaraban los sabores de merluza y vieira.
Isabel tomó un magret de pato a la naranja, hecho en total exceso que no resultaba nada jugoso, con un acompañamiento de patatas fritas similares a las del MacDonalds.
Varias cosas me llamaron la atención sobre la cocina:
- para mi adolece de criterio a la hora de organizar la carta. Pretenden ofrecerlo todo, y eso va reñido con la calidad.
- los puntos de cocción desajustadísimos en el caso del magret, un fallo tremendo para cualquier restaurante.
- el acompañamiento en todos los platos de los brotes de soja y la zanahoria, que no sólo desentonan, sino que empobrecen los platos.

Después en el postre pedimos una tarta de nueces con arándanos que resultó interesante, con el revuelto lo mejor de la comida.
En cuanto a la carta de vinos se ve centrada en los gallegos albariño y ribeiro y en riojas y riberas, por lo que adolece de innovación y variedad de uvas.

El precio elevado para lo que resultó ser la comida, por encima de 40€ por cabeza con vino rioja Campillo.

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