En la carta nos encontramos con una serie de platos para compartir, con influencias diversas, pasando por el ceviche, el won ton, ensaladas, carpaccio... Pero las especialidades del lugar son las hamburguesas y perritos.
En nuestra visita tomamos los saquitos de vieira, a los que les faltaba un puntito de sal, y que venían sobre un caldo ligeramente insulso, que no le aportaba nada a los saquitos. También para compartir el ceviche de langostinos, que no resultaba un ceviche propiamente, ya que los langostinos estaban previamente escaldados y le faltaba fuerza, necesitaría algo más de cítrico. Además, eso de añadirle aceitunas rellenas de pimiento... como que no le va demasiado.
De segundos el perrito con nueces y queso, y la hamburguesa de secreto. Estos fueron, con diferencia, los platos que tenían ese punto de personalidad. Venían acompañados con patatas chips y una salsa agridulce con toque picante que le daba carácter al perrito.
Lo acompañamos con dos copas de vino, una cerveza y un agua. De postre escogimos uno para compartir, similar a una aprestrudel de manzana (crumble de manzana) acompañado de helado de frambuesa, que fue un buen colofón para la cena.
Pagamos 52€, lo cual no está mal, pero que podría ser un poco más ajustado, ya que el precio de la hamburguesa (12,50€) o del perrito (8,50€) es ligeramente elevado.
En conclusión, un sitio interesante para tomar algo con amigos, para tapear y tomar un vino y comenzar la noche.
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