Ofrece mariscos gallegos y de la zona, así como pescados del mediterráneo y arroces.
En la terraza disfrutamos de comida para cuatro (2 adultos y dos niños) escogiendo de primero una ensalada de cogollos y ventresca y los calamares a la romana. Buena ventresca de Ribeira (Frinsa) y estupendos los calamares, además de abundantes.
De segundo tomamos el caldero, que presentan con el arroz en el caldero y el pescado aparte. El arroz muy sabroso, caldoso pero el grano entero.
Imposible llegar al postre después de tanta abundancia, el café correcto.
Lo acompañamos por tres cervezas y una botella de agua y pagué 90€.
Creo que repetiré.
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